solo ser "YO"
La madrugada del espíritu
Otra vez me priva de al luz
El Sol ya no calienta a mis anhelos
Mueren de frío los sueños
Caen al suelo como pichones
Fulminados por algún veneno
Agonizan, apenas aletean, luego el silencio.
La muerte eterna me ha abrazado en su caída
Sus esbirros acechan a mí alrededor
Esperando a que me debilite
Para así devorarse mi alma
Todo mi amor yace hecho tripas
Regado por el suelo de mi templo en ruinas
Siendo estas un banquete para las alimañas del infierno.
Ruge el león a mis espaldas
Ruge amenazante y hambriento
Sus garras me han herido
Pero ya conozco ese dolor
Ya lo ha hecho antes
Ya he muerto siete veces y siete veces
Y siete veces he vuelto a nacer
Entre los dedos de un ángel.
La atmósfera pesa el peso oscuro
El aire se espesa, cuesta respirar
Jamás he sido como Caín
Nunca mis labios han besado el beso de Judas
Sin embargo, si he negado al Maestro
Tres veces en una hora
Mil veces en una vida
Tal vez por eso mi corazón
Es una bolsa llena de vidrios rotos,
Tal vez por eso es mi ruina y
Mi pobreza de espíritu
Mi decadencia patética e imberbe
Mi principado sin gloria
Mi conquista de despojos
Mi apetito por la destrucción
Mi renuncia casi irrevocable a la lucha diaria
Con los malditos deseos.
Mi transitorio pasaje por el sendero del ancestro
Quien nunca pudo enfermarme con los deseos de poder
Vanagloria y maldad injustificada, como todos los
Sus hijos que conozco.
Sin embargo si despertó sed insaciable del conocimiento oculto,
Hambre de poseer el secreto que se esconde dentro del secreto.
Hoy puedo decir de él que no es algo malo ni algo bueno,
Sino que está más allá del bien y mal, de lo blanco y de lo negro.
Entonces ahora se que a un hombre no lo define la luz ni toda la oscuridad
Que lo pueda rodear
No lo define la virtud, ni el dolor, ni el amor, ni los dioses, ni los demonios,
Ni la libertad, ni las cadenas.
Un hombre es definido por las decisiones que toma,
El resto solo es vanidad.
He decidido ser “yo”
Tan simple y tan complejo como eso
“YO”
Otra vez me priva de al luz
El Sol ya no calienta a mis anhelos
Mueren de frío los sueños
Caen al suelo como pichones
Fulminados por algún veneno
Agonizan, apenas aletean, luego el silencio.
La muerte eterna me ha abrazado en su caída
Sus esbirros acechan a mí alrededor
Esperando a que me debilite
Para así devorarse mi alma
Todo mi amor yace hecho tripas
Regado por el suelo de mi templo en ruinas
Siendo estas un banquete para las alimañas del infierno.
Ruge el león a mis espaldas
Ruge amenazante y hambriento
Sus garras me han herido
Pero ya conozco ese dolor
Ya lo ha hecho antes
Ya he muerto siete veces y siete veces
Y siete veces he vuelto a nacer
Entre los dedos de un ángel.
La atmósfera pesa el peso oscuro
El aire se espesa, cuesta respirar
Jamás he sido como Caín
Nunca mis labios han besado el beso de Judas
Sin embargo, si he negado al Maestro
Tres veces en una hora
Mil veces en una vida
Tal vez por eso mi corazón
Es una bolsa llena de vidrios rotos,
Tal vez por eso es mi ruina y
Mi pobreza de espíritu
Mi decadencia patética e imberbe
Mi principado sin gloria
Mi conquista de despojos
Mi apetito por la destrucción
Mi renuncia casi irrevocable a la lucha diaria
Con los malditos deseos.
Mi transitorio pasaje por el sendero del ancestro
Quien nunca pudo enfermarme con los deseos de poder
Vanagloria y maldad injustificada, como todos los
Sus hijos que conozco.
Sin embargo si despertó sed insaciable del conocimiento oculto,
Hambre de poseer el secreto que se esconde dentro del secreto.
Hoy puedo decir de él que no es algo malo ni algo bueno,
Sino que está más allá del bien y mal, de lo blanco y de lo negro.
Entonces ahora se que a un hombre no lo define la luz ni toda la oscuridad
Que lo pueda rodear
No lo define la virtud, ni el dolor, ni el amor, ni los dioses, ni los demonios,
Ni la libertad, ni las cadenas.
Un hombre es definido por las decisiones que toma,
El resto solo es vanidad.
He decidido ser “yo”
Tan simple y tan complejo como eso
“YO”
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