¿Ministros?

Cansado de que en el camino
me pechara la maldad como
pecha un tren,
desido seguir la huella de aquel
que por ser un hombre bueno y distinto
lo clavaron en un madero
pero aún así,
tuvo la fortaleza de no abandonar sus sueños.
¿En que gran hotel recostó la cabeza?
y que pan o que pez comió sin compartirlo con los ambrientos.
Para quien fué su enojo y sus duras palabras,
¡ sino para los hipócritas que hacen de su templo un gran negocio!
Para los sepulcros blanqueados que repiten largas oraciones en voz alta,
para los que cobraban el tributo del templo,
para los que diezman religiosamente,
sin tener compación del pobre y del hambriento...
"Debieron hacer esto sin dejar de hacer aquello."
Pero hasta hoy no han podido dejar de hacer una vaca sagrada del diezmo,
no han dejado de "colar el mosquito y tragarce el camello".
Siguen intentando apedrear a la adultera,
y absolviendo al adultero,
a veces se atreven a lanzarle la primera piedra.
"Los ministros del Hijo del Hombre" sueñan con vacas de oro,
sueñan con posición social y dinero.
Descienden de sus coches lujosos
acariciando las cabezasitas de niños descalzos
y les "bendicen con palabras",
sin ver sus panzitas vacías,
ni que tiritan bajo la helada en invierno,
que esas son almas que ya viven en su propio infierno,
en el desprecio, el ultraje y el desamor.

Es más fácil que uno de ellos entre caminando al mundo de los sueños a que ellos entren al cielo que tanto han predicado.

¡¡Hay ministros!! ¿caundo caminaron la segunda legua?
¿cuando a quien te pidió la camisa le ofreciste también el saco?
¿caundo dejaron de ver la paja en el ojo ajeno para ver la biga en vuestro ojo propio?
¿acaso fué a uds. que el llamó amigos?
¿por cuantas monedas le han dado el beso de la trisión?
Lo nombran soberano y pretenden ser parte de su reino,
y lo proclaman su Mesías,
pero en realidad lo que buscan es ungirce a uds. mismos con el óleo santo.
No lo conocen y se jactan de parecerce a El.
¿realmente se han puesto a pesar en que se parecen con El?
Si, a El,
el Señor de los poetas,
el mundo escucha su vos contranquilidad y paz
pero no se mueve
no se molesta en levantarce del lugar donde está sentado.
Los hombres desean soñar sus sueños
pero no despertarce tras sus huellas.
La donsella espera perfumada y ataviada en su alcoba
a que venga el esposo brincando entre los montes como un cervatillo,
mientras ellos quieren ver con sus ojos,
pero no encaminar sus torpes pasos hacia el trono.
Así mismo,
muchos son los que se han colocado en ese trono invocando su nombre,
su cabeza la ven coronada con el poder del Rey,
creyendo asi saciada la codicia,
saliendo de sus diminutos agujeros de inferioridad,
logrando la patria con la bandera del que si venció en la lucha
y llevó sus palabras y convicciones
hasta las puertas de la misma muerte
y no se desdijo de ellas,
¡al fin coronas para sus cabezas y cetros para sus diestras!
Mi amigo, mi hermano,
¿como desirte que mi corazón sangró con el tuyo en aquel golgotá?
¡todavía se te desprecia, se te mofa y escarnece!
¡Señor!
Cuando te ofrendan las personas ya sean oraciones,
canciones, cultos, misas u hossanas,
lo hacen para su propio "yo" preso.
Señor tu ves a los que enmascaran sus rostros
y esconden sus manos sucias.

"Vosotros sois la sal de la tierra y si la sal se viciara ¿con que será salado el alimento del corazón del hombre"...


"Tu que deciás en tu corazón, subiré al cielo en lo alto junto a las estrellas de Dios, levantaré mi trono... y seré semejante al Altísimo..." Isaías 14:13-15